DIABETES Y PIE DIABÉTICO

Es una enfermedad caracterizada por la existencia de hiperglucemia (niveles altos de glucosa en sangre). Se ha clasificado en:

- Diabetes mellitus tipo 1, en la que el incremento de glucosa en sangre se debe a una deficiencia absoluta en la secreción de insulina.

- Diabetes mellitus tipo 2, en la que, además de que hay poca insulina, la que se produce es poco eficaz. Es la más frecuente.

Muchas veces la detección se produce al azar. Al someterse a un análisis de sangre rutinario se pide la glucosa, y si el valor es elevado el médico hará el diagnóstico.

Como se trata de una enfermedad crónica debe ser tratada inmediatamente, porque en otro caso, y a largo plazo, puede dañar el corazón, riñón, sistema nervioso y visión.

Resulta muy importante:

- La detección precoz, pues hay un gran número de pacientes que no saben que son diabéticos.

- Realizar las revisiones médicas y los controles caseros de glucosa sin excepciones.

- Mantener la glucemia en niveles adecuados.

- Evitar los factores de riesgo vascular: hipertensión, dislipemias (altos niveles de colesterol o triglicéridos), tabaco, etc.

- Revisar la visión siguiendo los parámetros del especialista.

El riesgo de padecer diabetes tipo 2 aumenta en:

-Mayores de 45 años

-Exceso de peso

-Parientes diabéticos

-Diabetes durante un embarazo previo

-Dar a luz un bebé de más de 4 Kg.

Si eres diabético debes ser muy cuidadoso con tu dieta. Dependerá del tipo de diabetes, la presencia de otras patologías, la actividad física desarrollada, etc. y debe ser pautada por el especialista. En la tipo 2, la actividad física regular y la dieta adecuada pueden ser suficientes para controlarla. De manera general, se recomienda tomar alimentos de todos los grupos, controlar los hidratos de carbono, aumentar el consumo de pescado, repartir la comida en varias tomas y no abusar de la sal, los azúcares de absorción rápida (pasteles, etc.) ni de la grasa animal.

También es recomendable adaptar la actividad física a cada persona, pues bien realizada, reduce los niveles de glucosa, favorece la pérdida de peso y mejora la sensibilidad a la insulina. No deberías practicarla si tus niveles de insulina no están bien ajustados. En la tipo 2 se considera parte del tratamiento y se hará 3-5 veces a la semana; en la tipo 1, no es parte del tratamiento y debe adaptarse a la pauta de insulina o alimentación para evitar la descompensación aguda de glucosa. Se recomienda: hacerlo en grupo, usar calzado adecuado, llevar caramelos o azúcar para evitar las hiploglucemias, etc.

El tratamiento farmacológico también vendrá pautado por el médico y debes cumplir estrictamente sus órdenes. Se utilizan antidiabéticos orales (para las tipo 2 que no se controlan de otra manera) e insulina (para las tipo 1). Consulta todas tus dudas también a tu farmacéutico.

Al iniciar la medicación pueden presentarse hipo o hiperglucemias porque el organismo tiene que adaptarse al tratamiento. La hipoglucemia (bajo nivel de glucosa en sangre) puede causar sudores, temblores, hambre, taquicardias, etc. y se puede controlar tomando un zumo, un vaso de leche con azúcar, etc. La hiperglucemia (alto nivel de glucosa en sangre) puede pasar desapercibida o provocar más sed, ganas de orinar, etc. debe ser bien controlada (haciendo un análisis de la glucemia capilar) y reducirla siguiendo las pautas que te hayan dado. En todo caso, conviene que acudas al médico para que determine lo más adecuado a cada situación.

Uno de los mayores peligros es la aparición del denominado pie diabético con el paso del tiempo y una diabetes mal controlada. Se reduce el flujo sanguíneo y la sensibilidad nerviosa, lo que aumenta las posibilidades de sufrir heridas de lenta y difícil curación, con peligro de infecciones. Son factores de riesgo: edad avanzada, diabetes de larga evolución, fumadores, úlceras previas, etc. Lo mejor es prevenir con:

- Buena higiene, secado e hidratación a diario.

- Evita los objetos cortantes y pide que te corten las uñas.

- Acude al podólogo para que controle el estado de tus pies.

- Utiliza zapatos de piel blanda, sin costuras rígidas y cámbialos a menudo.


Carmen Reija López

Farmacéutica Colegiada

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