COVID-19. SER PADRES EN TIEMPOS DE CORONAVIRUS

Ser padres es siempre complicado pero, en estos momentos, se convierte en una fuente de tensión constante, independientemente de la edad de los hijos.

Niños pequeños

No está claro que sepan lo que sucede pero sí es seguro que saben que algo ha pasado. Lo perciben en el comportamiento de sus padres. Han disfrutado de su presencia en casa durante el confinamiento y han descubierto una nueva vida familiar. Es un aspecto positivo que debemos valorar adecuadamente.

Esta nueva normalidad es difícil de comprender y no omiten ciertas conductas que a los padres les preocupan. Lo tocan todo, quieren jugar con otros niños, abrazan a sus abuelos, etc. Estas actitudes generan una gran ansiedad en los padres que, a pesar de sus esfuerzos, no pueden controlar todas las situaciones y se desesperan.

Niños medianos

Su adaptación ha sido sobresaliente a pesar de la sensación de hastío que han padecido. Están deseando volver a su vida anterior y esta nueva normalidad no les satisface. Soñaban con que se acabase el coronavirus y retomar sus actividades.

Los padres han tenido que demostrar una infinita paciencia y convencerles de que vendrán tiempos mejores. Ahora, a pesar del temor que les genera, el objetivo es volver al colegio de manera presencial porque será el primer paso para recuperar “el tiempo perdido”.

Adolescentes

Este grupo ha sufrido mucho durante el confinamiento porque necesitan el contacto físico directo con sus iguales. Han sobrevivido gracias a las denostadas redes sociales y juegos online que siempre los padres habían intentado evitar.

La nueva normalidad les ha decepcionado absolutamente. Se sienten abrumados por las nuevas normas sociales y la sensación de culpabilidad que les acompaña. Creen haberse convertido en “armas de destrucción masiva” y les cuesta mucho gestionar la situación.

Los padres se mueven entre la permisividad y la prohibición, sin saber exactamente qué hacer para evitar el aislamiento social o el exceso de contactos de sus hijos adolescentes. Si les dejan salir, sufren porque se pueden contagiar. Si les obligan a quedarse, temen que se depriman y enganchen a un mundo virtual incontrolable.

Los padres

Sea cual sea la etapa de desarrollo de sus hijos, están sufriendo y se encuentran perdidos ya que deben tomar decisiones para las que no se consideran preparados. Las dudas son habituales y les generan una enorme ansiedad a todos los niveles.

Las más frecuentes se centran en:

-Llevar al niño al parque se convierte en un problema porque temen que, al tocar los columpios o jugar con otros pequeños, el contagio se produzca y se lleven a casa el virus.

-Permitir salir a un adolescente les hace sentir mal desde el momento que pisan la calle hasta que vuelven a casa. Intentan controlar todo lo que va a hacer, pero saben que es imposible.

-Volver al colegio les causa un gran miedo, aunque lo vean como la única solución viable. La falta de información sobre las nuevas medidas a nivel educativo (que nadie conoce aún) está provocándoles un nivel de ansiedad importante.

-Compatibilizar su propio trabajo con tener a los niños en casa sin el apoyo de los abuelos, genera insomnio crónico porque la preocupación no les deja dormir. Tienen que cumplir con sus obligaciones laborales pero, si ya era difícil antes de la pandemia, ahora no saben cómo conciliar.

-Pensar en las actividades extraescolares que antes realizaban sus hijos les causa temor. Sería estupendo que volvieran a jugar en el equipo de baloncesto o a bailar en la academia o a aprender inglés y teatro, pero no lo ven claro y no saben cómo explicárselo a sus hijos.

¿Soluciones?

No existe ninguna general que se pueda aplicar a este momento vital. Lo mejor es seguir las recomendaciones de las Autoridades Sanitarias y cumplir todas las normas que nos han indicado. La mascarilla, el lavado de manos y la distancia social siguen siendo, de momento, las mejores opciones con las que podemos contar.

LOS PADRES SIENTEN UNA ANSIEDAD MUY ALTA ANTE TANTA INCERTIDUMBRE RELACIONADA CON LA EDUCACIÓN DE SUS HIJOS. CUIDADO PORQUE PUEDE CONVERTIRSE EN PATOLÓGICA. CONSULTAD AL MÉDICO.