COVID-19. SU SALUD ES LO PRIMERO: 101 CONSEJOS PARA EL BIENESTAR FÍSICO Y MENTAL

SU SALUD ES LO PRIMERO: 101 CONSEJOS PARA EL BIENESTAR FÍSICO Y MENTAL

 Ante la imposibilidad de contestar a todos los que me habéis escrito, he decidido daros las gracias públicamente y de manera general por la gran acogida de mi libro. Espero que os guste y ayude a mejorar vuestra salud lo que he publicado a nivel divulgativo. Creo que esta entrada os ayudará a resolver todas las dudas que me habéis planteado. Y no olvidéis que, siempre, es necesario consultar al médico. Un abrazo.

El libro “Su salud es lo primero: 101 Consejos para el bienestar físico y mental” pretende dar una visión sencilla y divulgativa de algunos de los problemas de salud que padece con mayor frecuencia la población a todas las edades. Puedes encontrarlo en amazon.com en versión digital y en tapa blanda. Anímate a conocerlo.

Lo primero que se advierte en el libro es que con él no se pretende suplantar la insustituible praxis médica, pues un problema de salud solo puede solucionarse acudiendo a los servicios sanitarios. Únicamente se trata de una guía que recoge algunas de las enfermedades y trastornos más frecuentes entre la población y donde se dan una serie de consejos y orientaciones para afrontarlos desde la nutrición, la fitoterapia, el deporte o el estilo de vida. Asimismo, se ofrece información de utilidad sobre hábitos saludables y recomendaciones para alcanzar una vida plena, sin olvidar otras acerca de cómo solucionar pequeños percances que se pueden presentar en el devenir diario.

Una buena parte de las entradas están orientadas a la prevención de la enfermedad a través de un replanteamiento de las estrategias vitales, incidiendo en el abandono de prácticas nocivas como el consumo de determinadas sustancias, el seguimiento de dietas inadecuadas, el sedentarismo, la realización de conductas peligrosas o la demora en recabar la asistencia médica necesaria.

En él se habla desde un punto de vista divulgativo de diferentes temas como: alergias e intolerancias, trastornos alimenticios (anorexia, bulimia, ortorexia), hipertensión, diabetes, hipercolesterolemia, trastornos gastrointestinales, procesos infecciosos, ETS, estrés y ansiedad, enfermedades reumatológicas, renales, hernias, insomnio, enfermedades oculares y auditivas, trastornos ginecológicos, apnea del sueño, efectos de los medicamentos, quemaduras, urgencias médicas, enfermedades de la piel y así hasta 101 entradas relacionadas con procesos muy comunes entre la población.


COVID 19. RELACIONES DE PAREJA



Repletas de luces y sombras, se han visto puestas a prueba con la aparición del coronavirus.

Hablar de relaciones de pareja es complicado porque cada una es diferente. No es posible realizar las habituales generalizaciones que se pueden aplicar a otras situaciones personales en las que los implicados se mantienen conectadas por emociones distintas. En las parejas se entremezclan los sentimientos y deseos de dos personas diferentes que deciden compartir su vida de una manera u otra.
Aún se genera una mayor diversidad cuando nos toca vivir una situación como la que estamos atravesando. Durante el confinamiento se habrán generado nuevas relaciones o no habrán podido iniciarse por la coincidencia temporal o se habrán mantenido a través de la conexión virtual. Si esa es la situación, la desescalada puede traer muchas sorpresas cuando las personas implicadas puedan verse de nuevo.
En el extremo opuesto se encuentran quienes han tenido que adaptarse a pasar todo el día con su pareja porque el confinamiento así lo ha determinado. La vivencia positiva o negativa va a depender de muchos factores pero, especialmente, de la relación previa que mantuviesen. Si era buena, lo más probable es que, a pesar de las pequeñas rencillas, la relación se haya visto fortalecida. En caso contrario, si era mala, lo probable es que se haya complicado y los niveles de ansiedad generados provoquen una cascada de rupturas.
No es posible obligar a nadie a mantener una relación no deseada pero, antes de tomar una decisión, resultaría adecuado analizar lo que está sucediendo. Es posible que el estrés de esta etapa pueda aumentar los problemas previos y que tu estado de ánimo no te permita racionalizarlo. Al empezar a reducirse las condiciones de confinamiento, pueden destaparse potentes emociones ocultas y contenidas durante estas anómalas semanas.
Quizás te facilite la decisión de continuar o romper tu relación buscar ayuda profesional si tu deseo es analizar la situación real que estás viviendo y no caer en la precipitación.

LAS RELACIONES DE PAREJA DEBEN SER SIEMPRE POSITIVAS. NO TE CONFORMES CON OTRA OPCIÓN.

COVID 19 FÚTBOL SIN PÚBLICO



Parece que se ha planteado jugar al fútbol con un jugador menos y no ha gustado al número 12 que prescindan de él.

¿De verdad es necesario empezar de nuevo a jugar al fútbol? La polémica acompaña a este deporte desde el inicio de la crisis del coronavirus. Ha sucedido de todo. El tema de los millonarios sueldos de los futbolistas, el problema de los entrenamientos, el hecho de que les hagan a ellos las pruebas como colectivo preferente y, ahora, la posibilidad de jugar sin público, a puerta cerrada.

Resulta increíble para los seguidores de los equipos que les mantengan al margen de una decisión de semejante calibre. Ellos desean participar y se consideran el jugador número 12, por lo que siempre les han transmitido sus ídolos. Ahora parece que no es así. Pueden prescindir de ellos y utilizar a la televisión como suplente. Y no están de acuerdo.

Muchos futbolistas piensan lo mismo que sus seguidores y no desean jugar sin su compañía y aplausos. Se han posicionado a su lado y, si fuera por ellos, no participarían de esas competiciones descafeinadas en las que faltará mucha pasión.

Si pensamos en el tema sanitario, todavía parece peor la idea. Es un deporte de contacto absoluto en el que el contagio es muy probable. ¿Cómo se va a mantener la distancia social si tienen que acercarse al contrario para sacarle el balón? Nos están diciendo que no abracemos a nuestros seres queridos y a ellos les animan a correr y golpear un balón (y a los contrarios si casualmente tropiezan). No es fácil de entender.

La única explicación es económica, claro. Necesitan el dinero. ¿De verdad? Ojalá se les ocurriese plantarse en el campo y no moverse. Permanecer a la distancia de seguridad durante todo el tiempo que dure el encuentro y dejar que la pelota se mantenga quieta como homenaje a ese jugador que no ha podido acudir.

HABRÁ QUE REPLANTEARSE EN QUÉ ESTAMOS PARTICIPANDO.

COVID 19 PODEMOS SALIR




Empiezan las fases y la expectación es máxima. Podemos salir pero… ¿queremos hacerlo?

Ya ha empezado la ansiada "desescalada" y nos sentimos poderosos. Parece que la situación se normaliza porque nos abren una pequeña ventana a la esperanza. Tenemos horarios para recuperar las calles aunque sea necesario mantener la distancia social y seguir las pautas sanitarias recomendadas por los expertos.

Pero no es tan fácil como parece. Nos movemos entre dos extremos que no se tocan:
-En uno se encuentran los que consideran, a pesar de las advertencias, que todo ha terminado y que su vida les pertenece de nuevo. Tienen derecho a salir y nadie debe limitar por más tiempo su libertad. Ya está bien de obedecer.
-En otro se sitúan los que temen lo que encontrarán ahí fuera, que piensan que nada está controlado y que salir supone enfermar directamente porque no es posible evitar el contagio.

Obviamente, lo saludable sería mantener un equilibrio entre ambas perspectivas. No es cierto que podamos hacer lo que queramos sin cumplir las normas; tampoco lo es que el simple hecho de poner el pie fuera de casa suponga la muerte. Lo recomendable es seguir las indicaciones que nos han dado, respetar las franjas horarias independientemente de nuestra opinión personal y disfrutar de esta nueva etapa.

La única garantía de que esta situación no es un espejismo se centra en que el número de contagios no aumente y eso depende casi exclusivamente de nuestra actitud. Es importante evitar el contacto social, aunque sea eso precisamente lo que más deseamos. También sigue siendo fundamental mantener la escrupulosa higiene a la que hemos tenido que acostumbrarnos. Y, sobre todo, ser solidarios y no salir si pensamos que podemos estar enfermos.

De nuestro comportamiento depende superar las fases que han establecido para una real vuelta a la normalidad. Han puesto unas condiciones de salud que nos vinculan a todos y pueden ser las que determinen el buen término de este proceso paulatino de regreso a nuestra vida anterior.

CUMPLE LAS NORMAS. DE CADA UNO DE NOSOTROS DEPENDE RECUPERAR LO QUE HEMOS TENIDO QUE DEJAR ATRÁS.

COVID 19. DE VUELTA A LA NORMALIDAD


Estamos sufriendo una pandemia  (Covid 19)  producida por un virus hasta ahora desconocido, del que no sabemos aún con certeza que daño produce a nuestro organismo.

De una gripe sin importancia que se creía al principio, se va viendo a medida que pasa el tiempo, que no es tan benigno como parecía. Neumonías bilaterales graves ( ahora sabemos que alguna de esas neumonías parecen ser producidas por una reacción exagerada de las defensas del organismo), síntomas vasculares, dermatológicos, neurológicos, gastrointestinales…

Los niños, que en un principio parecían inmunes al virus, se ve que también pueden sufrir sus efectos.  Sigue siendo cierto, sin embargo, que los niños se ven afectados en menor proporción que los adultos.

Toda esta incertidumbre acerca de la naturaleza del virus, así como de sus efectos perjudiciales se ve alimentada diariamente con un exceso de información, a veces poco contrastada, a veces contradictoria, que nos satura y desorienta y que, por lo tanto, ayuda poco.

Al no saber a ciencia cierta el daño que produce el virus, lógicamente no existe un tratamiento estandarizado que se pueda aplicar de forma protocolizada; se van dando pasos a medida que los hospitales van recibiendo enfermos atajando las patologías que presentan cuando llegan. Y los Centros de investigación trabajan para obtener medicamentos antivirales eficaces y sobre todo una vacuna eficaz y segura, que será en definitiva lo que acabe con el virus.

Mientras tanto, lo único razonable es tratar de contener la epidemia y ralentizar su propagación, a fin de no colapsar los servicios sanitarios disponibles. A tal fin se decretó el estado de alarma y el confinamiento en domicilio.
Pero este confinamiento no puede ser indefinido porque entonces no se colapsarán los servicios sanitarios, pero se colapsará toda la economía del país. Por ello es necesario el retorno progresivo a la “normalidad “.

La normalidad va a ser relativa; el virus sigue ahí y tendremos que aprender a convivir con él. Durante una temporada más o menos prolongada tendremos que cambiar nuestras costumbres sociales; la efusividad en los saludos al encontrarnos con una persona amiga, el quedar en una cafetería con alguien, el salir a cenar con unos amigos, etc. va a tener que ser diferente a como lo veníamos haciendo. El aislamiento social va a ser la norma en una buena temporada.

El uso de la mascarilla al salir a la calle debería de ser la norma. No hace falta la FFP2 (de usar una FFP2, que sea sin válvula. Las de válvula protegen a quien la lleva puesta, pero no evita el contagio a los demás). Las quirúrgicas evitan que, si estamos infectados, contagiemos a los demás. Si todo el mundo las usa, la protección es mutua.

Los guantes sirven para no contaminar las manos si tocamos una superficie contaminada. Son útiles para ir a la compra, y, en general, si tenemos que tocar objetos que puede haber tocado cualquiera. Sólo son útiles si nos los ponemos al entrar y los quitamos al salir. Andar por la calle con ellos todo el tiempo, si luego tocamos con ellos al niño que se desmanda o a cualquier persona, ya la hemos contaminado.

El confinamiento ha sido útil, pero tenemos que retomar la actividad cotidiana. Pero tenemos que hacerlo con ciertas limitaciones que básicamente son:
 -Mantener el aislamiento social.
 -Usar mascarilla para salir a la calle.
 -Que los guantes no nos den una sensación de falsa seguridad. El lavado de manos frecuente va a ser mucho más útil.
  
Esperemos que pronto haya una vacuna que nos permita conseguir la normalidad de verdad.


Un colaborador bien informado