En esas ocasiones en que nos
sentimos desanimados o angustiados por las situaciones que estamos viviendo, la
actividad de nuestros transmisores cerebrales (serotonina, noradrenalina, etc.)
y de las hormonas circulantes (melatonina, cortisol, etc.) suele estar
alterada, desequilibrada, siendo imprescindible reorganizarla para volver al
estado normal.
El triptófano (aminoácido) es un
buen precursor de la serotonina (neurotransmisor), molécula relacionada con la
sensación de bienestar, alegría y relax. En las personas deprimidas o con
ansiedad se suele detectar un desequilibrio de serotonina, que desencadena
alteraciones en otros neurotransmisores (dopamina, noradrenalina) que provocan
estados ansioso-depresivos que deben ser tratados con los fármacos adecuados.
También se relaciona la serotonina con la síntesis de melatonina (hormona reguladora
del sueño).
Así, aunque sea indirectamente,
el triptófano interviene en varias funciones:
-Mejorar el estado de ánimo
-Facilitar un sueño reparador
-Reducir la ansiedad
-Controlar el apetito cuando
estamos haciendo dieta
-Disminuir el dolor por su capacidad
analgésica
Se encuentra en alimentos
habituales, pues este aminoácido forma parte de las proteínas que consumimos
habitualmente: lácteos, frutos secos, soja, carne, cereales integrales, huevos,
pescados, aguacate, piña, etc. Su actividad necesita la presencia de magnesio y
vitaminas B3 y B6. Especialmente recomendable el plátano y el vasito de leche
antes de acostarse para mejorar la calidad del sueño.
Su aporte alimenticio puede
resultar insuficiente en casos de estrés crónico, ingesta excesiva de cafeína,
alcohol o edulcorantes artificiales, carencia de ciertas vitaminas y minerales
y el consumo de ciertos medicamentos. Este déficit podría hacer necesario administrarlo
en cápsulas, siendo especialmente recomendable para mejorar situaciones de
ansiedad (provocada por la actividad diaria) y dejar de fumar (porque ayuda a
controlar la tensión que provoca la reducción de nicotina).
Consulta al especialista y opta
por su consumo racional. No es un producto milagroso, ni puede ser consumido
como si fuera inocuo, pues no es compatible con algunos antidepresivos y otros
fármacos de uso habitual (ansiolíticos, etc.). Además un exceso puede afectar gravemente
a tu organismo provocando patologías serias. No lo tomes porque sí.
© Carmen Reija López
Farmacéutica Colegiada
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