ROSA MOSQUETA

La rosa mosqueta es un arbusto de la familia de las rosáceas que crecía salvaje y ahora se cultiva para su comercialización. Su interés radica en que diversos estudios la avalan como un potente regenerador dérmico, sin contraindicaciones, salvo su empleo en pieles grasas o con acné.
En su composición química destacan los ácidos grasos poliinsaturados (linoleico, oleico, palmítico, araquidónico) indispensables –junto con el ácido transretinoico- para regenerar las membranas celulares, renovar los tejidos, prevenir y atenuar el envejecimiento prematuro de la piel, reducir las arrugas y las estrías, mejorar la piel seca, apagada y/o dañada por el sol. También contiene vitaminas A, E, C, B1 y B2.
Se usa en cosmética, dermatología y estética, tanto preventiva como correctivamente para tratar problemas de la piel:
- Mejora la regeneración, microcirculación y nutrición cutánea, lo que permite reducir arrugas superficiales, aumentar la tersura e hidratar las pieles secas.
-Mejora el aspecto de las cicatrices y de las estrías por regeneración tisular.
-Reestructura la pigmentación, reduciendo las manchas de la piel.
-Mejora la sintomatología de ciertas enfermedades cutáneas como la psoriasis.
-Previene y corrige el fotoenvejecimiento por exposición a las radiaciones solares, activando la melanina.
La puedes encontrar en cremas nutritivas, de limpieza, de manos, de cuerpo, protector labial, protector solar, jabones, etc. Se aplica en cara y cuerpo tras el baño o ducha, se añade al agua del baño, tras el depilado, tras el afeitado o por la noche sobre la piel limpia. Se recomienda aplicarlo gota a gota y masajear; en un mes notarás sus efectos. Para hidratar el pelo castigado se aplica en la raíz, se masajea, se envuelve con plástico o toalla 2-3 horas y se lava con el champú normal.
Consulta al especialista y elige un aceite de rosa mosqueta 100% puro sin aditivos, especialmente recomendable para los hombres que se irritan tras el afeitado, como bálsamo tras la exposición al sol, como regenerativo y cicatrizante.
 

Carmen Reija López

Farmacéutica Colegiada

BOTIQUÍN DE CASA

Resulta muy útil disponer de un pequeño botiquín con el que hacer frente a las leves contrariedades que se puedan presentar en nuestra casa. Su uso debe quedar circunscrito únicamente a episodios en los que se reconozca con claridad que no es preceptiva la intervención de un sanitario, aunque siempre es mejor consultar.
Su configuración exterior no es relevante: puede tratarse de una sencilla caja de cómodo manejo ubicada preferentemente en una zona oscura del dormitorio principal (por ejemplo dentro de un armario) y siempre lejos del alcance de los niños. Resulta inadecuado situarlo en el baño o en la cocina, puesto que las variaciones de calor y humedad degradan fácilmente los medicamentos que contiene.
Sí es importante su contenido, en cuya elaboración es preciso seguir unos parámetros que van a depender de las circunstancias de la persona, diferenciando el remedio de pequeñas heridas del tratamiento de síntomas leves de una enfermedad. Es evidente que no es lo mismo vivir en una ciudad, en que la proximidad a médicos y farmacias constituye una ventaja, que hacerlo en una zona rural donde el acceso a los recursos sanitarios es más dificultoso. En cualquier caso, el botiquín debería incluir un manual de primeros auxilios y los teléfonos de contacto más usuales (del centro médico, de emergencias, del centro de toxicología, etc.). También es preciso tener en cuenta las dolencias más habituales del grupo familiar (cefaleas, diarreas, etc.) para tener un buen repertorio farmacológico al alcance de la mano. Sólo debe contener medicamentos imprescindibles para aliviar problemas menores y material para realizar pequeñas curas. Para esto último incluiremos en nuestro botiquín vendas y gasas hidrófilas estériles de distintas medidas, algodón, pinzas, termómetro, bastones de algodón, tiritas, solución antiséptica (povidona yodada, agua oxigenada, etc.), esparadrapo, pinzas de punta fina para extraer cuerpos extraños previa desinfección de las mismas, tijeras de uso exclusivo para cortar el esparadrapo, una jeringa desechable, guantes de látex, pañuelos desechables, pomada para quemaduras, loción para picaduras de insectos e incluso bolsas de hielo en el congelador de la casa.
En cuanto a los medicamentos debo recordar que su uso se restringe a casos concretos y cuando ya se conoce previamente su aplicación. Nunca se puede probar algo nuevo porque lo recomiende un amigo, sino que se debe administrar siempre bajo prescripción (NO AUTOMEDICARSE JAMÁS). Los de aplicación más frecuente son los siguientes:

  • Para el dolor de cabeza, fiebre y dolores leves generalizados: paracetamol, ácido acetilsalicílico e ibuprofeno.
  • Para la congestión nasal: suero fisiológico y aerosoles descongestionantes.
  • Para la tos seca: tabletas de mentol.
  • Para el dolor de garganta: ibuprofeno y tabletas específicas.
  • Para la mala digestión: especialidades que contengan sales de aluminio y magnesio (de las que no se puede abusar).
  • Para erupciones de la piel y prurito: pomada con cortisona.
  • Para los mareos en los viajes
  • Para las diarreas
  • En el caso de enfermos crónicos que siguen un tratamiento pautado, en el botiquín deberá incluirse también su tratamiento habitual, en su propio envase y siempre listo para el consumo (p. ej. para enfermos de corazón cafinitrina recetada por el cardiólogo).
Es preciso reiterar la importancia de evitar el consumo aleatorio de medicamentos, debiendo hacerse siempre bajo prescripción facultativa, consultando al farmacéutico las pautas de consumo y guardando siempre los fármacos en su envase original con el prospecto correspondiente. Por otra parte, es imprescindible mantenerlo actualizado, retirando los medicamentos caducados y llevándolos a los puntos de recogida selectiva existentes en las farmacias.
 

Carmen Reija López

Farmacéutica Colegiada

AROMATERAPIA

Una definición sería: “uso terapéutico de los efectos que los diferentes compuestos aromáticos provocan en el organismo”, aunque no se sabe con exactitud cómo actúan o su efectividad real, pero sí está claro que los olores influyen en nuestras sensaciones y percepciones pudiendo mejorar nuestro estado de ánimo. Además, su absorción a través de la piel provoca la llegada de los principios activos al torrente circulatorio, por lo que debemos ser cuidadosos para evitar posibles efectos secundarios.
Se utilizan aceites esenciales (sustancias olorosas y volátiles que se evaporan por exposición al aire a temperatura ambiente) de origen natural y procedentes de distintas especies de plantas. Se extraen en los laboratorios usando diferentes métodos en función del tipo de aceite esencial de que se trate.
Debemos ser muy cuidadosos con lo que compramos. No es lo mismo un aceite esencial integral (en el que va de todo), reconstituido (adiciones de plantas similares), rectificado (se eliminan componentes indeseados para mejorar la calidad del producto obtenido), sintéticos (son artificiales y se preparan mezclando moléculas de diferentes tipos), falsificados, etc. que uno obtenido adecuadamente y sin adulteraciones. De hecho, los aceites esenciales usados en aromaterapia precisan una garantía y un control de calidad diferentes a los que se realizan en otros ámbitos (perfumes por ejemplo).
Precauciones:
-No ingerirlos ni inyectarlos.
-No aplicarlos en boca, oídos, ojos y mucosas ni vía rectal o vaginal.
-Si cae en ojos, no lavar con agua. Usar algodón untado con aceite vegetal (oliva, preferentemente).
-No aplicarlos en axilas, ingles, genitales ni en cualquier otra parte sensible si el aceite está en estado puro. Es rara su aplicación puro o sin diluir.
-Precaución con quienes tienen alergia o sensibilidad a alguna esencia.
-Los que contienen fenoles (orégano, clavo, etc.) o cinámico (canela) pueden provocar toxicidad si se usan frecuentemente.
-No adicionarlos al agua de baño directamente porque no se disuelven y pueden causar picores, quemaduras o irritaciones. Deben mezclarse siempre con un diluyente.
-Si se ingiere por accidente, tomar aceite de oliva y acudir al hospital si la cantidad ha sido muy alta.
-No exponerse al sol tras la aplicación de aceites esenciales fotosensibilizantes (limón, naranja, bergamota, etc.).
-Nunca automedicarse ni autoaplicarse gotas sin dosificar adecuadamente.
-Cuidado con velas, palitos, quemadores, etc. utilizados para crear ambiente; son inflamables.
-Elegir productos de máxima calidad, aunque sean más caros.
Cualquier duda debe ser planteada al especialista. Porque sea “natural” no es absolutamente inocuo. No debes inclinarte por lo que esté de moda, sino por lo que resulte adecuado para ti.

©Carmen Reija López

Farmacéutica Colegiada

MENUDOS CORAZONES


Aunque son muchas las ONG’s que colaboran en proyectos relacionados con la salud, quiero recomendaros que veáis el video que la ONG Menudos Corazones ha publicado. Merece la pena verlo y colaborar con lo que nos piden. Gracias a todos!!!!
© Carmen Reija López

Farmacéutica Colegiada