YODO

Es un mineral imprescindible para el buen funcionamiento de nuestro organismo, del que necesitamos una proporción diaria muy baja, pero cuya carencia puede tener efectos negativos de cierta gravedad sobre nuestra salud. Su función primordial se centra en la regulación de la glándula tiroides, pero también participa en procesos como la síntesis de colesterol, el crecimiento, la mejoría de la agilidad mental, la buena salud de piel, pelo, dientes y uñas. Lo obtenemos a partir de mariscos (gambas, almejas, berberechos), pescados (bacalao, caballa, atún), vegetales (ajo, acelgas, judías verdes), las algas y, lo más habitual, el consumo de sal yodada. Esta sal enriquecida debería ser de uso habitual en zonas interiores porque, como solemos adicionarla a todas las comidas, supone un aporte continuo de yodo. También es importante recordar que ciertos alimentos reducen su absorción (legumbres, repollo, nueces, etc.) por lo que debemos tenerlo en cuenta a la hora de diseñar los menús. Lo mismo sucede con algunos medicamentos que interfieren en su absorción y funcionamiento como ocurre con el litio o los antidiabéticos orales. La carencia se manifiesta en piel y cabello secos, sensación constante de frío, tendencia a la obesidad y al estreñimiento.
También el exceso es negativo (por lo que no debemos suplementarlo salvo por indicación expresa del médico) ya que puede causar hipertiroidismo que cursa con taquicardias, nerviosismo y pérdida de peso.

TONALÍN

Presente sobre todo en leches enriquecidas. Su actividad se relaciona con la estimulación del metabolismo para reducir la grasa corporal y favorecer el adelgazamiento. Como actúa a nivel hepático, un exceso puede provocar problemas tanto en este órgano como en el páncreas; también se relaciona con un aumento de la tensión arterial.

FIBRA SOLUBLE

Se denomina así a una parte de los alimentos constituida por pectinas, gomas, inulina y fructooligosacáridos, que captan mucha agua y favorecen la formación de flora bacteriana, aumentan el volumen de las heces y disminuyen su consistencia. Abunda en legumbres, cereales como la avena y algunas frutas. También se relaciona con la regulación de los niveles de colesterol y glucosa en sangre. No debemos confundirla con la insoluble, cuya actividad fundamental se relaciona con la prevención del estreñimiento. Pero no todo son ventajas porque puede producir gases, dolor abdominal, etc. Los expertos recomiendan que consumamos 25 gramos de fibra cada día para reducir el riesgo de enfermedades crónicas. Los alimentos ricos en fibra ayudan al funcionamiento del sistema digestivo y reducen el riesgo de desarrollo de desordenes intestinales. Y, aunque no lo creas, en el arroz también hay fibra: media taza de arroz blanco proporciona 0.3 gramos de fibra y media taza de arroz integral proporciona 1.8 gramos de fibra.

CALCIO


Es un elemento que se encuentra en un 99% en el tejido óseo. Interviene en varios procesos en el organismo, siendo fundamental para dar rigidez y fortaleza a huesos, dientes y encías. Para que su actividad sea correcta necesita de las glándulas paratiroideas, metabolitos biológicamente activos de la vitamina D, otras hormonas, vitaminas, inhibidores de la calcificación biológica, etc. Cualquier alteración de estos sistemas de control conduce a trastornos del metabolismo del calcio. Fundamental la vitamina D para su absorción y seguir una dieta adecuada evitando oxalatos, fitatos, folatos, álcalis, aumento del tiempo de tránsito intestinal, estrés, inmovilización, ciertos antibióticos (como la penicilina, neomicina y cloranfenicol) e incluir: lactosa, citrato, sacarosa y aminoácidos como lisina y arginina. Dietas de alta calidad proteica y elevado contenido (por ejemplo en caseína), favorecen la absorción. Tampoco es bueno un exceso de calcio, pues se generan calcificaciones negativas para los órganos internos.

ANTIOXIDANTES

Conforman un grupo de vitaminas, minerales, enzimas y otros compuestos que bloquean el efecto perjudicial generado por los radicales libres. La mayoría se hallan en los alimentos vegetales (por lo que es tan importante incluir frutas y verduras en nuestra dieta habitual). En este grupo se incluyen las vitaminas E y C, los betacarotenos, flavonoides, selenio y zinc, entre otros. No es recomendable acudir a suplementos sin consultar al médico porque lo mejor es asimilarlos a partir de los alimentos que constituyen una dieta equilibrada.

ÁCIDO FÓLICO


Es una vitamina hidrosoluble del complejo B necesaria para la formación de proteínas y hemoglobina. Presente en vísceras, verduras de hoja verde, legumbres, levadura de cerveza y frutos secos. Fundamental para prevenir problemas en el bebé durante el embarazo, suele administrarse a la mujer.

¿CON LECHE O CON AGUA?

Cuando nos prescriben un tratamiento farmacológico se nos plantean dudas acerca de si se debe ingerir en ayunas, con agua, con leche, durante la comida, etc. El seguimiento de estas pautas es fundamental porque, aunque resulte difícil de entender, los alimentos reaccionan con los medicamentos haciéndolos ineficaces para tratar la patología, potenciando o disminuyendo sus efectos adversos e, incluso, aumentando su capacidad terapéutica. Sería aconsejable:
-      Leer el prospecto donde se indican –a veces incluso excesivamente- las interacciones, contraindicaciones, etc. Es fundamental seguir las normas.
-      Si debe ser tomado fuera de las comidas debemos hacerlo entre 30 minutos y una hora antes o dos horas después de ellas. Así evitamos la mezcla del fármaco con los alimentos durante el proceso digestivo.
-      Cuando dice que no se mezcle con leche se debe a que ésta disminuye su absorción y distribución reduciendo sus efectos.
-      Para los intolerantes a la lactosa que consumen soja habitualmente no se puede mezclar con ibuprofeno, porque aumentarían sus efectos adversos a nivel digestivo. Otros alimentos ricos en flavonoides son el té verde o negro, el brócoli, el vino o la fruta sin pelar que incrementan la actividad de la vitamina C y deben ser consumidos con cuidado en pacientes tratados con ésta.
-      Si debe tomarse con las comidas es porque así se minimizan sus efectos perjudiciales a nivel digestivo.
-      Ciertos alimentos “funcionales” inciden en la absorción y distribución del principio activo en el organismo. Así la inulina y la oligofructosa de plátanos, cebollas, ajos, puerros, etc.  favorecen la absorción intestinal de calcio, por lo que las personas tratadas con este mineral para reducir su osteoporosis no deben consumirlos en exceso.
-      Los alimentos ricos en fitoesteroles (cuya función es bloquear la absorción de colesterol a nivel intestinal) consumidos en exceso reducen la absorción de sustancias fundamentales para el organismo (como ciertas vitaminas liposolubles o minerales para el equilibrio orgánico).
©Carmen Reija López
Farmacéutica Colegida

VITAMINA E

Fundamental por su capacidad antioxidante, se encuentra de manera natural en alimentos como el aceite de girasol (contiene cinco veces más que el de oliva) o las pipas de girasol. También abunda en el gérmen de trigo (que puede considerarse un complemento dietético).

PARA EVITAR ATRACONES

Cuando no sabes qué comer pero tienes ganas de “algo”. Se recomiendan los alimentos con alta densidad nutritiva (dos o tres nueces), con proteínas (unos taquitos de jamón serrano) o ricos en fibra (una manzana). Cualquiera de estas opciones reducirán tus ansias de comer y la cantidad que ingerirás en la siguiente comida.