COVID-19. UN VERANO DIFERENTE



Un verano distinto, pero seguro que gratificante si lo enfocas bien. Las actividades serán nuevas pero eso no significa que tengan que ser peores.

Tras lo sucedido tenemos muchas “ganas de verano”. Es lógico porque necesitamos sentirnos libres e intentar olvidar lo vivido. El verano supone siempre renovación, pero en esta ocasión, también es necesario ser muy cuidadosos.

Verano saludable
El verano siempre anima. Supone un cambio de vida acompañado de buen tiempo y múltiples posibilidades. Y este año también tiene que ser así, a pesar de las limitaciones que la situación sanitaria, social y económica acarrea.

Todo ha cambiado
Acostumbrados a viajar durante los meses estivales, este año parece que no podrá ser así. O al menos no como hasta ahora había sido. A pesar de que los hoteles ya han abierto sus puertas y las medidas de seguridad son las correctas, no todos los clientes se animan a acudir.
Las encuestas señalan dos problemas fundamentales: el miedo al contagio y la pobre economía de los consumidores…o ambos a la vez. Suponen una importante limitación para disfrutar de las vacaciones veraniegas a las que la mayoría estaba acostumbrada.

Elige libremente
En otras ocasiones la gran pregunta veraniega era ¿campo o playa? y, muchas veces, generaba una importante brecha familiar porque no siempre se coincidía en los deseos de todos los miembros.
Este año la cuestión se ha vuelto más compleja. Unos desean viajar y a otros les aterra solo pensarlo. Es el momento de hacer compatibles ambas opciones, aunque parezca imposible conseguirlo. Lo más importante es llegar a un consenso que haga felices a todos porque ceder y después quejarse continuamente no es la solución para nadie.

Decisiones meditadas
Es difícil convencer a alguien que tiene miedo a contagiarse de que acuda a un hotel o viaje en un avión, por ejemplo. Además, aunque acabe aceptando, lo más probable es que no disfrute del viaje y le amargue la vida a quienes van con él. Se impone una conversación sincera antes de decidir.

Opciones saludables
El mayor temor de quienes no desean viajar este verano es el de tener que mantener contacto con un número elevado de personas desconocidas. A pesar de que no existe un peligro real pues los locales están completamente adaptados a las normas sanitarias, es posible resolverlo si se elige otro lugar de descanso como un apartamento propio, una casa rural o una autocaravana, que les mantendrá aislados de lo que más temen.
También se puede resolver el tema de las comidas si acuden a restaurantes con reserva previa que tienen condiciones extremas de higiene o preparan su propia comida en el lugar en el que se encuentran alojados.
Los paseos también son posibles. No hay un riesgo implícito si se siguen las medidas higiénicas recomendadas. Lo mejor es elegir el momento en el que haya menos aglomeración para poder disfrutarlos con mayor tranquilidad.
Bañarse en el mar o hacer senderismo, por ejemplo, no supone un riesgo importante si se mantienen las medidas recomendadas. Quizás no sea el momento de tirarse en la toalla durante horas pero sí se puede acudir a las playas y disfrutar de lo que nos ofrecen.

Cuidados necesarios
No podemos olvidarnos de las normas habituales para este período. Sigue siendo necesario utilizar fotoprotectores, gorros, gafas de sol, sombrillas, etc. si nos exponemos a la radiación solar. Nada ha cambiado en ese sentido y los expertos señalan que no debemos descuidar esas medidas para evitar los riesgos que el exceso de sol provoca.
También la dieta o la hidratación son importantes. Las altas temperaturas nos obligan a beber agua para mantener el necesario equilibrio del organismo y a elegir una comida más ligera y saludable en la que no falte ninguno de los alimentos que forman parte de la pirámide nutricional.

DISFRUTA DE UN VERANO DIFERENTE CON LAS NUEVAS POSIBILIDADES QUE LA SITUACIÓN NOS OFRECE.

COVID 19. PEQUEÑO COMERCIO



Siempre han estado ahí y necesitan que acudamos. Es su momento. Lo merecen.

Me voy de compras
Una gran idea de posibilidades infinitas. Seguro que has echado de menos esa sensación de libertad al igual que todas las demás que hemos perdido durante estos últimos meses. Es el momento de volver a empezar.

Muchas opciones
Existen todo tipo de establecimientos, incluso virtuales, a los que podemos acudir. El cliente elige. 

Pero no debemos olvidar que todas las tiendas tienen derecho a sobrevivir. Y necesitan que acudamos a sus locales.

Las condiciones de trabajo son diferentes. Y las posibilidades también. La competencia entre ellos es desigual porque también lo son sus opciones comerciales.  El cliente es quien puede equilibrar un poco la balanza.

Comercio virtual
Cada vez más numerosos nos han mantenido a flote durante esta pandemia. Muchos compradores se han acercado por primera vez a ellos; otros siempre lo habían utilizado y valoran enormemente sus ventajas.

Grandes superficies
Muy valoradas por la inmensa mayoría de los consumidores se han convertido en un punto de venta muy habitual. Los asiduos a estos establecimientos los han echado de menos durante el confinamiento y han acudido en cuanto han abierto sus puertas.

Pequeño comercio
Viven con nosotros, en nuestro barrio, porque todos son barrios aunque se llamen centro. Son los que nos suministran a diario todo lo que precisamos. Y no fallan. Abren todo lo que pueden y trabajan todo el día. Pero no pueden competir sin nuestra ayuda.

Un comercio dedicado a la electricidad
Hace muchos años que existe y sus trabajadores son formidables. Te ayudan en todo momento y resuelven todas tus dudas. El joven dueño ha trabajado durante todo el confinamiento y atendido con temor a quienes acudían a su establecimiento.

Ahora que abren de nuevo las grandes cadenas comerciales, teme lo que va a suceder. Está acostumbrado a que los consumidores acudan a su local a preguntar las características de los electrodomésticos. Él se las explica con calma y paciencia, enseña varios modelos, les ofrece opciones…y muchos se van sin comprar nada. Prefieren hacerlo en las tiendas virtuales porque cuesta 5 euros menos.

¿Se dan cuenta de que el tiempo de este profesional hay que pagarlo? ¿A ellos no les pagan por su trabajo?

Una pequeña frutería
Ha estado abierta durante todo el confinamiento. La tienden dos jóvenes chicas atentas y diligentes. Amables y serviciales para lo que quieras. Unas profesionales de verdad que no se quejan del tiempo que trabajan ni del sueldo que reciben. Simplemente sonríen.

Los clientes suelen ser correctos y no generar demasiadas complicaciones. Pero siempre hay quien no entiende que existen normas que deben cumplirse y actúan de manera inadecuada. No son nuevas porque siempre hubo que usar guantes para coger la fruta. Pero ni antes ni ahora algunos clientes cumplen.

Y ellas nada pueden hacer. No pueden indicarles que deben cumplir las normas porque, como todos sabemos, “el cliente siempre tiene la razón”.

Un comercio de ropa
Lo abrieron con gran ilusión. Compran ropa diferente a proveedores que garantizan una elaboración humanizada. Eligen con cariño cada prenda y adaptan los complementos para que el cliente salga perfectamente arreglado de su establecimiento.

Han conseguido una pequeña cohorte de admiradores que acuden a ellas siempre que desean comprar algo. Y nunca se sienten defraudados. Las vendedoras se sienten felices cuando consiguen su objetivo.

Pero el número de clientes no es suficiente para que se mantengan a flote y, tras la pandemia aún peor. Es un momento difícil en el que tienen que replantearse lo que van a hacer con su pequeña tienda.

Una carnicería
Es un trabajador incansable. Empieza mucho antes de abrir las puertas y acaba mucho después de cerrarlas. No resulta extraño verlo un sábado a las nueve de la noche cargando su furgoneta frigorífica para realizar el reparto a sus clientes.

Parece siempre tranquilo y realiza cualquier tarea de manera cuidadosa. Verle cortar la carne resulta sorprendente porque maneja todo tipo de instrumentos con una precisión impecable. Jamás se queja y siempre resuelve cualquier duda que podamos plantearle.

Ha trabajado todos los días durante el largo confinamiento. Y ha sufrido porque convive con varias personas mayores a las que temía contagiar. Pero no desistido y se ha mantenido firme ante todos los problemas que cada día se le planteaban.

RECUPEREMOS LA LIBERTAD DE IR DE COMPRAS SIN OLVIDAR AL PEQUEÑO COMERCIO. SIEMPRE ESTÁN AHÍ.