Es una emoción que en estos
momentos se ha disparado. Luces y sombras para nuestra supervivencia.
Todos comentamos lo mismo. Estoy
asustad@. Me encuentro mal. No comprendo lo que pasa. Esta situación me está
superando. Tengo miedo. No te sientas rar@. Lo que estamos viviendo es
increíble y no estábamos preparad@s para ello.
El miedo nos está protegiendo
pues nos ayuda a cumplir con las normas que han establecido para el
confinamiento. Muchos cumplirán por solidaridad, otros porque se lo creen o por
apoyar a su país. Muchos más cumplirán por el miedo que les produce
contagiarse. Para eso nos sirve esta
emoción tan temida, para sobrevivir y evitar la transmisión del virus contra el
que todo el planeta está luchando.
El problema se plantea cuando el
miedo nos supera y genera problemas psicológicos. El miedo extremo provoca
alteraciones físicas y psíquicas a quien lo padece que deben ser tratadas por
los especialistas. Si te encuentras desbordado por la situación, busca una
solución médica llamando a los teléfonos habilitados por el Sistema de Salud o
a la consulta de un psicólogo, por ejemplo. Seguro que te proporcionan la ayuda
que necesitas. No te automediques porque resulta peligroso autoadministrarse
fármacos sin control médico.
De manera general, para reducir
el miedo, sería recomendable centrarse en lo positivo que nos rodea. Incluso en
este momento de crisis puedes encontrar algo que te motive, que te haga sentir
optimista y te ayude a superarlo. No te limites a tachar días del calendario
esperando a que todo termine, aprovecha este tiempo para pensar en lo que
deseas y organiza nuevos planes de futuro para animarte.
NO PERMITAS QUE EL MIEDO TE
VENZA. HAZLE FRENTE.
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