Es un elemento que se encuentra
en un 99% en el tejido óseo. Interviene en varios procesos en el organismo,
siendo fundamental para dar rigidez y fortaleza a huesos, dientes y encías.
Para que su actividad sea correcta necesita de las glándulas paratiroideas,
metabolitos biológicamente activos de la vitamina D, otras hormonas, vitaminas,
inhibidores de la calcificación biológica, etc. Cualquier alteración de estos
sistemas de control conduce a trastornos del metabolismo del calcio.
Fundamental la vitamina D para su absorción y seguir una dieta adecuada
evitando oxalatos, fitatos, folatos, álcalis, aumento del tiempo de tránsito
intestinal, estrés, inmovilización, ciertos antibióticos (como la penicilina,
neomicina y cloranfenicol) e incluir: lactosa, citrato, sacarosa y aminoácidos
como lisina y arginina. Dietas de alta calidad proteica y elevado contenido
(por ejemplo en caseína), favorecen la absorción. Tampoco es bueno un exceso de
calcio, pues se generan calcificaciones negativas para los órganos internos.
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