CONDUCE CON VISTA

Al planear un viaje en coche no deberíamos olvidar que el conductor es la parte fundamental y que, si quien pilota tiene algún problema de visión, puede sufrir un accidente, incluso en bicicleta. Esta actividad requiere una visión perfecta para evitar percances, pues la mayor parte de la información que precisamos para conducir proviene de nuestra capacidad visual y los expertos calculan que más de un 35% de los accidentes de tráfico se deben a “distracciones visuales” sufridas por el conductor.
No todas las situaciones son iguales. Podríamos destacar:
-Cuando conducimos de día y bajo los rayos del sol es necesario evitar los deslumbramientos, utilizando gafas con un filtro solar adecuado, preferentemente de color gris y con cristal polarizado por su eficacia antirreflejante.
-Los pacientes sometidos a cirugía ocular (como trasplante de córnea, cataratas, corrección quirúrgica de la miopía, etc.) deberían esperar de 1 a 3 meses para volver a conducir, siempre a criterio de su cirujano, que puede reducir o ampliar dicho tramo en función de la evolución visual del operado.
-Los mayores de 55 años con inicio de cataratas o con una miopía muy acusada deben ser cuidadosas, pues no presentan un 100% de agudeza visual. Ésta disminuye hasta en un 70% durante la noche, razón por la cual el número de accidentes aumenta. A ello hay que añadir a quienes padecen la denominada “miopía nocturna” (no se adaptan bien a la oscuridad) o de los daltónicos, en los que se reduce la agudeza y capacidad visual en ausencia de la luz natural.
Para mejorar la conducción y reducir riesgos sería recomendable seguir unos sencillos consejos previos:
-Comprobar que el vehículo se encuentra en óptimas condiciones de visibilidad: parabrisas limpios, faros alineados y con suficiente intensidad luminosa, etc.
-Utilizar gafas de sol adecuadas para protegerse de los deslumbramientos provocados por los rayos solares
-Llevar gafas de recambio correctamente graduadas en función del problema refractivo de la persona
-Evitar situaciones que produzcan descompensación visual, como la fatiga, el estrés, el consumo de fármacos, etc.
-Eludir la conducción nocturna las personas mayores de 65 años, con glaucoma, miopía o cataratas que reducen la capacidad visual y la posibilidad de reacción ante los imprevistos
-Los operados de cirugía refractiva no deben conducir de noche, al menos durante un tiempo, ya que pueden tener problemas de visión nocturna
-Los que padecen problemas de visión de color (daltonismo) deben aumentar las precauciones en caso de lluvia o niebla e incrementar la distancia de seguridad para favorecer su tiempo de respuesta
-Realizar adecuadamente las pruebas psicotécnicas, pues permiten detectar problemas de visión que al propio paciente le pasan desapercibidos.
-Acudir a centros especializados donde los profesionales gestionarán su situación personal y le recomendarán las mejores pautas.
Los ópticos-optometristas serían los profesionales más indicados para ayudarnos, por su cercanía, accesibilidad y conocimientos. Se recomienda una revisión visual al menos una vez al año y siempre antes de iniciar un viaje largo. Pueden detectar algún problema incipiente en nuestra capacidad visual y ayudarnos a resolverlo o dirigirnos al profesional adecuado para ello.

 

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