No todas las situaciones son iguales. Podríamos destacar:
-Cuando conducimos de día y bajo los rayos del sol es necesario evitar los deslumbramientos, utilizando gafas con un filtro solar adecuado, preferentemente de color gris y con cristal polarizado por su eficacia antirreflejante.
-Los pacientes sometidos a cirugía ocular (como trasplante de córnea, cataratas, corrección quirúrgica de la miopía, etc.) deberían esperar de
-Los mayores de 55 años con inicio de cataratas o con una miopía muy acusada deben ser cuidadosas, pues no presentan un 100% de agudeza visual. Ésta disminuye hasta en un 70% durante la noche, razón por la cual el número de accidentes aumenta. A ello hay que añadir a quienes padecen la denominada “miopía nocturna” (no se adaptan bien a la oscuridad) o de los daltónicos, en los que se reduce la agudeza y capacidad visual en ausencia de la luz natural.
Para mejorar la conducción y reducir riesgos sería recomendable seguir unos sencillos consejos previos:
-Comprobar que el vehículo se encuentra en óptimas condiciones de visibilidad: parabrisas limpios, faros alineados y con suficiente intensidad luminosa, etc.
-Utilizar gafas de sol adecuadas para protegerse de los deslumbramientos provocados por los rayos solares
-Llevar gafas de recambio correctamente graduadas en función del problema refractivo de la persona
-Evitar situaciones que produzcan descompensación visual, como la fatiga, el estrés, el consumo de fármacos, etc.
-Eludir la conducción nocturna las personas mayores de 65 años, con glaucoma, miopía o cataratas que reducen la capacidad visual y la posibilidad de reacción ante los imprevistos
-Los operados de cirugía refractiva no deben conducir de noche, al menos durante un tiempo, ya que pueden tener problemas de visión nocturna
-Los que padecen problemas de visión de color (daltonismo) deben aumentar las precauciones en caso de lluvia o niebla e incrementar la distancia de seguridad para favorecer su tiempo de respuesta
-Realizar adecuadamente las pruebas psicotécnicas, pues permiten detectar problemas de visión que al propio paciente le pasan desapercibidos.
-Acudir a centros especializados donde los profesionales gestionarán su situación personal y le recomendarán las mejores pautas.
Los ópticos-optometristas serían los profesionales más indicados para ayudarnos, por su cercanía, accesibilidad y conocimientos. Se recomienda una revisión visual al menos una vez al año y siempre antes de iniciar un viaje largo. Pueden detectar algún problema incipiente en nuestra capacidad visual y ayudarnos a resolverlo o dirigirnos al profesional adecuado para ello.
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