ARÁNDANOS SILVESTRES DE FINLANDIA


Todos conocemos los beneficios y cualidades de los arándanos: su poder antioxidante, anticancerígeno, antibacteriano, sus vitaminas e incluso los estudios en los que se demuestra que pueden ayudar a evitar o retrasar enfermedades como el Alzhéimer. Pero, ¿hay diferencia entre arándanos de la misma especie y su presentación al público?
Claro que sí, como todo alimento, si crece de una forma natural, sin pesticidas, ni invernaderos o en plantaciones industriales, mayores y mejores son sus propiedades. Es decir, hablamos de arándanos silvestres. Si además de este factor sumamos el clima de los países nórdicos, obtenemos que a pesar de que la temporada de recolecta es corta, gracias al brillante sol de medianoche de verano son nutricionalmente más ricos que en cualquier otro lugar del mundo.
Lo ideal es tomar el fruto recién cogido, pero no hay arándanos todo el año, por eso, gracias a unos métodos innovadores, se deshidratan utilizando aceite de oliva y azúcar, para poder consumirlos todo el año, y lo mejor, sin perder sus propiedades. Pero si quieres disfrutar de ellos completamente, arándanos en polvo, 100% arándanos. 1 kilo de arándanos frescos equivalen a 100 g de arándanos en polvo, y tu cuerpo asimila más rápido y fácilmente todas sus propiedades.
Tomarlos en polvo es tan fácil y rico como mezclar con yogur, batidos, helados,  añadir a zumos naturales, espolvorear sobre los cereales o tostas…  perfectos para utilizar también en la repostería en panes, bollos, magdalenas, bizcochos, galletas, así como en salsas, vinagretas o guisos.
Dentro de las variedades de los arándanos silvestres de Finlandia los más significativos son:
-Arándano azul o también llamado negro (mustikka,bilberry,vaccinium myrtillus): Un poderoso antioxidante rico en flavonoides, carotenoides, vitamina A, vitamina E, Vitamina B6, magnesio, y fibra.
-Arándano Rojo (karpalo, cranberry,vaccinium oxycoccos): Con una potente acción antibacteriana ,antiinflamatoria, antioxidante y astringente. Buen remedio para prevenir infecciones urinarias cómo la cistitis.
-Arándano rojo, más pequeño que el anterior y que crece generalmente en zonas septentrionales de Europa, Asia y América del Norte  (puolukka, lingonberry,vaccinium vitis-idaea): Vitamina C, A, B1, B2, B3, micronutrientes, antioxidantes, fibra, manganeso, potasio, calcio, fósforo y compuestos fenólicos.
-Espino cerval (tyrnijauhe, sea buckthorn, rhamnus catharticus): Esta baya no está tan comercializada por su ligero sabor amargo, aunque contiene, más que cualquiera otra baya, altos niveles de vitaminas B, C y E, así como flavonoides y antioxidantes.
-También podemos encontrar grosella negra (Ribes nigrum), émpetro negro (Empetrum nigrum), aronia (Aronia mitschurinii) y grosella roja (Ribes rubrum), con los que se elaboran exquisitas mezclas de arándanos en polvo, azules o rojos.
Incluir en tu dieta diaria arándanos silvestres en polvo o deshidratados, es fácil, sano y rico.
Aquí encontrarás diferentes recetas:
http://www.liskomarket.com/es/19-recetas-online-arandanos-finlandeses-Finlandia
 
 
 
GONZALO LISKO

TUS "HUESOS" NECESITAN CUIDADOS


Para mantener sano tu esqueleto y que pueda realizar las funciones que le corresponden, debes cuidarlo bien, evitando los factores que lo perjudican y propiciando aquéllos que puedan beneficiarlo. El cuidado debe realizarse desde el inicio de nuestra vida, pero se hace imprescindible en ciertas etapas (como la menopausia) en la que nuestro organismo está sufriendo cambios que lo desequilibran y modifican la absorción de nutrientes esenciales para su buen funcionamiento.
Cualquier duda que se te plantee consúltala a tu médico, aunque aquí apuntamos unos consejos generales:
-Toma alimentos ricos en calcio, pues si el organismo lo necesita lo obtendrá de tus huesos, descalcificándote paulatinamente.
- No olvides la vitamina D, imprescindible para la fijación del calcio que ingerimos con la dieta. Media hora de paseo diario puede ayudarte a mantener niveles adecuados de esta vitamina.
-Controla la cafeína, la sal, las proteínas y el fósforo que ingieres, pues reducen la absorción de calcio y aumentan su excreción.
-Reduce el consumo de alcohol, ya que inhibe enzimas hepáticas relacionadas con la síntesis de vitamina D.
-No hagas dietas salvajes que te desmineralizan y desequilibran tu organismo. Mucho cuidado con las dietas con grasas abundantes y azúcares por su efecto excretor del calcio.
-No comas fibra en exceso.
-No fumes.
-Haz ejercicio habitualmente; seguro que encuentras el momento, ya que cualquiera es bueno; debes moverte y evitar el sedentarismo. Bajar y subir escaleras en lugar de usar el ascensor, ir caminando al trabajo, correr media hora, pueden ser opciones sencillas y que no te roben tiempo.
-Descansa adecuadamente; es fundamental. Puedes reducir el estrés utilizando técnicas de relajación.
-No te automediques; los medicamentos siempre bajo prescripción médica. Si padeces alguna enfermedad relacionada con la absorción de calcio (colitis, alergias, insuficiencia renal, etc.) debes seguir las pautas de tu médico.
Está claro que, además de la incidencia de otros factores, existen nutrientes imprescindibles para prevenir y mejorar la salud de tus huesos. Forman parte de alimentos habituales recomendando un control especial a quienes padecen ciertas intolerancias alimentarias (al gluten, a la lactosa, al glutamato, a los frutos secos, etc.) y deben eliminar alguno. Para todos es recomendable acudir a un especialista, pero para quienes padecen alguna alergia es fundamental consultar cualquier duda y equilibrar el aporte nutricional.

 

ELLOS TAMBIÉN LO PASAN MAL


Notan que se cansan, que no tienen ganas de hacer nada, que pierden la ilusión, que su tensión arterial se dispara….y que no encuentran solución porque cada vez van peor. Deben consultar a su médico y seguir sus pautas porque los especialistas han llegado a la conclusión de que un 30% de los hombres mayores de 40 años sufre lo que han llamado “déficit de testosterona”. El nivel de esta hormona masculina fundamental, desciende paulatinamente hasta niveles por debajo de lo que se considera normal y genera “desarreglos” similares a los que sufre la mujer cuando bajan los estrógenos.
No es un problema actual. Está documentado que, desde tiempos ancestrales, se reconoce la existencia de un periodo en el que los hombres alcanzan una edad crítica en la que pierden el deseo sexual y comienzan un declive que les lleva a la ancianidad. Fue a principios del siglo XX cuando se empezó a considerar real esta situación (a la que se denomina coloquialmente menopausia masculina) caracterizada por diferentes alteraciones y que se trataba con métodos tradicionales.
Esta reducción hormonal no pasa desapercibida para quien la padece aunque los síntomas no son siempre reconocibles, pues se achacan a otros problemas. Suele cursar con anemia, sofocos, osteoporosis, acúmulo de grasa abdominal, falta de apetito sexual y mal humor. Se cree que se debe a la reducción de los niveles de testosterona por un mecanismo similar al que se produce en las mujeres con las hormonas femeninas al llegar a la menopausia.
La testosterona es una hormona clave para el hombre, su nivel está controlado por el hipotálamo situado en el cerebro y se produce en células especializadas situadas en los testículos. Su actividad es fundamental a nivel óseo (aumenta la densidad del hueso), muscular (reduce la grasa y aumenta la masa muscular), genital (desarrollo sexual y mantenimiento de la líbido), cerebral (memoria), visual, etc.
El diagnóstico debe ser realizado por el médico. Acude a su consulta y coméntale lo que te pasa para que pueda tomar las decisiones oportunas y sigue sus pautas. Como opción se está recetando testosterona para mejorar los síntomas, pero no debes automedicarte en ningún caso. Existen varias opciones en el mercado internacional: gel, parche transdérmico, pastilla, parche bucal o inyección trimestral. También se han comercializado compuestos “naturales” que se consideran masculinizantes y que no deben ser consumidos sin control ni comprarlos fuera de los cauces sanitarios establecidos.
Cuidado con el consumo descontrolado de testosterona en cualquiera de sus presentaciones, porque en exceso produce problemas como infartos, hipertensión, edemas, ictus y cáncer de próstata.
La recomendación sería:
-Reducir el estrés porque genera cortisol, hormona cuya actividad reduce el nivel de testosterona.
-Comer adecuadamente porque los ácidos grasos omega 3 incrementan los niveles de hormona masculina.
-Dormir, porque el descanso nocturno favorece la formación de testosterona.
-Eliminar la grasa abdominal, pues produce estrógenos que causan una reducción de hormona masculina. Realizar ejercicios específicos para reducir abdomen es muy importante para aumentar el nivel de testosterona.
Lo peor es que esta etapa suele coincidir en los dos miembros de la pareja, lo que causa muchas fricciones y problemas de relación. Pensad que ambos estáis en un “mal momento” y que lo mejor es tomarlo con paciencia y ayudaros uno a otro. Mucho ánimo y tranquilidad porque pasará…

 

CAMINAR ES BUENO PARA TU SALUD


El ejercicio físico es un tipo de actividad física definida como “movimiento corporal programado, estructurado y repetitivo realizado para mejorar o mantener uno o más de los componentes del estado de forma física”. Cuando el nivel de actividad física no alcanza el mínimo necesario para mantener un estado saludable se habla de sedentarismo.  De aquí se deduce que podemos sentirnos bien con la simple actividad diaria, caminando hacia el trabajo, bajando las escaleras de nuestra casa, jugando con nuestros hijos o cualquier otra actividad que consiga que movamos los músculos.
No todo vale para todos ni en cualquier momento. La OMS establece tres grupos que podemos resumir en:
-De 5 a 17 años, una hora al día de actividad (bailar, caminar, nadar, correr, pedalear, etc.)
-De 18 a 64 años, dos horas y media a la semana de actividad moderada (caminar, nadar, bailar, etc.) o 75 minutos de actividad fuerte (correr, pedalear, etc.) o una combinación de ambas en períodos de unos 10 minutos alternos.
-Mayores de 65 años, durante unos períodos idénticos al grupo anterior adaptados a sus condiciones físicas reales. Deben optar por ejercicios que mejoren su equilibrio, evitar caídas y lesiones, etc.
El músculo tiene tres fuentes de energía: sistema anaeróbico, aeróbico y láctico. La actividad más recomendable es la aeróbica: correr, nadar, andar en bicicleta, etc. realizada a una intensidad que el cuerpo desee… pero sin forzar demasiado. Este entrenamiento produce una serie de adaptaciones a nivel cardiovascular, respiratorio, muscular, metabólico, digestivo, etc. muy beneficiosas para el organismo.
Recomendamos:
-Consulta a tu médico el ejercicio más adecuado para ti. Si tu estado de salud es bueno podrás optar por cualquiera; si tienes algún problema debes elegir el que mejor se ajuste.
-Elige lo que más te guste. Si odias correr, seguro que encontrarás millones de excusas para no hacerlo. Es mejor que camines a quedarte en casa.
-No pretendas hacerlo todo en un día. Busca objetivos alcanzables y no imposibles de lograr porque te desanimarás y dejarás de hacerlo.
-Empieza lentamente y ve aumentando la intensidad de manera gradual. Evita darte un atracón el fin de semana y luego no hacer nada el resto del tiempo.
-Piensa en positivo. Hacer deporte mejora tu salud y previene ciertas patologías.
-No lo hagas en ayunas.
-Hidrátate adecuadamente. El sudor supone una pérdida de agua e iones que deben ser reemplazados para evitar los efectos negativos de su pérdida (calambres, mareos, dolores musculares, etc.) Lo más recomendable es beber agua.
-Utiliza el equipo adecuado. De manera general se recomienda ropa amplia de algodón y un calzado que se ajuste bien a tu pie, lo proteja de rozaduras, amortigüe la pisada y se agarre a la superficie por la que vas a deslizarte. Asimismo, si vas a montar en bicicleta, por ejemplo, debes llevar sistemas de protección; si te vas a bañar no olvides las chanclas y el gorro o tapones para los oídos si tienes problemas a ese nivel, etc.
-Estirar antes (para dar elasticidad a los tejidos blandos) y después de realizar deporte (para evitar acortamientos musculares y calambres). No debes realizar estiramientos si padeces una lesión muscular; consulta al médico.
Caminar se considera un ejercicio válido para todas las edades y que resulta muy agradable y satisfactorio. Para beneficiarte de todas sus ventajas debes realizarlo con regularidad, aunque no es necesario que, si un día no puedes, lo compenses al día siguiente. Entre sus beneficios podemos destacar:
-Puedes hacerlo solo o acompañado, adaptándote al ritmo de los demás.
-No es caro.
-Mejora el control de la respiración.
-Ayuda a perder peso.
-Corrige malas posturas.
-Estimula el sistema circulatorio y el retorno venoso.
-Mejora la flexibilidad, la fuerza, la resistencia y la coordinación.
-Recibes luz natural si lo haces de día.
Busca un momento para caminar; seguro que lo encuentras. Notarás sus beneficios de inmediato y, a medida que lo practiques, irás percibiendo todas las ventajas que hemos indicado. Si quieres calcular las calorías que quemas, los pasos que das, el tiempo que caminas, etc., puedes llevar un aparato específico que lo determina. ¡Lo importante es que empieces!

¿QUÉ HACEMOS CON LA FRUCTOSA?



Ante las alarmas que se han encendido relacionadas con el consumo de fructosa y la idea de que la fruta no es tan buena como pensábamos, se ha iniciado una controversia excesiva en torno a este azúcar presente en las frutas. Los expertos coinciden en que el consumo diario de fruta es imprescindible para nuestra salud y que debemos eliminar la fructosa procedente de otras fuentes que no son tan sanas…
Es el azúcar de la fruta, un hidrato de carbono que ha generado una gran controversia en estos últimos años y se han realizado numerosos estudios sobre sus efectos en el cuerpo humano. Realmente, el problema no se debe plantear en relación con el consumo que hacemos de ella al comer fruta, sino cuando se adiciona como endulzante en ciertos alimentos y bebidas y la consumimos en elevadas proporciones.
La fructosa se metaboliza en el hígado, formando ácidos grasos que se acumulan en forma de grasa en el hígado y en los tejidos, causando resistencia a la insulina, aumento de la grasa abdominal, hipertensión, obesidad, niveles altos de triglicéridos y colesterol LDL, enfermedades crónicas, la enfermedad de hígado graso no alcohólica, problemas cardíacos, síndrome metabólico, diabetes tipo II, agotamiento de vitaminas y minerales, etc. Además, la fructosa incrementa las ganas de comer porque interfiere en la conexión entre la leptina y el cerebro.
Esto no significa que se deba evitar la fruta, porque pequeñas cantidades de fruta sin procesar contienen poca fructosa y no deberían dar problemas a menos que se padezca diabetes, obesidad o una alergia alimentaria relacionada con ella. Sí se deben evitar los zumos de frutas, refrescos y otros alimentos y bebidas con fructosa añadida.
Cuando se consume fruta fresca la glucemia no se eleva bruscamente como sucede con los refrescos. Así no se libera tanta insulina y las probabilidades de formar tejido adiposo son menores. Además, la fruta fresca produce más sensación de saciedad y se come menor cantidad, lo que confirma la diferencia clara entre el azúcar de la fruta y la fructosa adicionada a los alimentos.
En la fruta el contenido medio es de unos 15 gramos, nada que ver con los 73 gramos de las bebidas edulcoradas. En frutas y vegetales se mezcla con fibra, vitaminas, minerales, enzimas y fitonutrientes beneficiosos que modulan los efectos negativos que podrían presentarse. Los expertos señalan que:
-Contienen poca fructosa: sandía, melón, limón, mandarina, plátano.
-Con un contenido medio de fructosa: naranja, cerezas, kiwi, arándano rojo, mango.
-Más alto: manzana, ciruela, pera, albaricoque, dátil, fresa, frambuesa.
Para reducir los efectos del consumo excesivo de fructosa os recomendamos:
-Limitar el consumo de fructosa a menos de 25 gr al día.
-Limitar o eliminar el consumo de alimentos procesados.
-Aumentar el consumo de vegetales frescos.
-Consumir al menos un tercio de alimentos en crudo.
-Evitar los edulcorantes artificiales.
-Usar miel para endulzar las infusiones, el café, etc.
-Evitar los alimentos y bebidas que contienen fructosa (incluso en forma de jarabe) como: algunos yogures, salsas preparadas, alimentos dietéticos, ciertas leches y alimentos, bollería y panes industriales, cereales para el desayuno, comida rápida y envasada, alimentos procesados y envasados, etc.
-Reducir el consumo de bebidas energéticas y deportivas que tengan un elevado contenido en fructosa.
Los especialistas señalan que pequeñas cantidades de fructosa son probablemente benignas e incluso presentan efectos metabólicos favorables; altas cantidades pueden ser perjudiciales, sobre todo en personas con colesterol alto y problemas de resistencia a la insulina.

QUIERO DEJAR DE FUMAR

Muy buena idea. Si lo dices convencido es que ha llegado tu momento y debes aprovecharlo porque lo más importante es la motivación. El deseo de abandonar ese hábito te impulsará a conseguirlo y, aunque lo has intentado muchas veces y has recaído, puedes lograrlo. Solo tienes que creer en tus posibilidades y elegir el método que se adapte a ti.
Ya sabes que fumar es un hábito nocivo (pues las campañas organizadas por los especialistas así nos lo indican) y que genera grandes problemas a nuestro organismo. La OMS considera que el tabaquismo es “una enfermedad crónica capaz de provocar diferentes tipos de cáncer (pulmón, riñón, vejiga, faringe, laringe, boca, etc.), varias enfermedades respiratorias, accidentes cerebrovasculares, dolencias cardíacas y algunos trastornos digestivos”.
Cada uno tiene un motivo para fumar (me relaja, me adelgaza, me gusta, no puedo evitarlo, me hace más sociable, me ayuda a conocer gente, etc.) y para dejarlo (mis hijos, mis padres, mi salud, etc.)
Los expertos indican que fumas porque necesitas la nicotina y la respuesta que ésta genera en tu organismo, ya que es un alcaloide muy adictivo que en bajas concentraciones actúa como estimulante a nivel cerebral (aunque a dosis elevadas sea un veneno). Y te sientes fatal, no solo por lo que fumas tú sino porque molestas a quienes te rodean.
Aunque dejarlo no es fácil, si lo haces te sentirás libre. Acude a tu médico de familia y consulta todas las opciones que existen. Él te dirá lo que más te conviene y te derivará a las unidades que considere oportunas. Dejarlo solo es difícil.
En la página de la Asociación contra el Cáncer se proponen consejos, por lo que te recomendamos que la leas o acudas a una de sus oficinas. Lo mejor es combinar varias terapias: la predisposición psicológica (querer dejarlo) junto al uso de determinados fármacos que imitan a la molécula de nicotina (bupropión, vareniclina) o contienen dosis controladas de nicotina (parches, pastillas, etc.).
En la AECC existen opciones gratuitas para dejar de fumar que están controladas por expertos en la materia. En su página www.aecc.es puedes encontrar información muy útil y contrastada.
Los mecanismos de ayuda son variados:
-Nutrición,  el consumo de algunos alimentos provoca que el tabaco sepa peor, por lo que no apetece fumar. Esto ocurre con los lácteos, el  agua, los zumos de frutas y los vegetales, por lo que se recomienda utilizarlos para abandonar la nicotina.  En el lado opuesto se encuentran el alcohol y la cafeína, que realzan el sabor de la nicotina y dan más ganas de fumar. Debes evitarlos cuando estés en esa primera fase de abandono.
-Dietética, en el sentido de evitar engordar, acudiendo a un especialista en dietética para que elabore tu dieta personalizada. Normalmente se aumentan unos cinco quilos debido a la sustitución de nicotina por comida (azucares y grasas) y a que deja de producirse el efecto termogénico de la nicotina en nuestro organismo. Se recomienda equilibrar la dieta, no recurrir a los “alimentos recompensa”, hacer deporte, beber agua e infusiones y reducir las raciones.
-La fitoterapia plantea varias posibilidades para ayudarte a ser exfumador: para la ansiedad inicial (pasiflora, valeriana, espino blanco), para eliminar toxinas y depurar (boldo, alcachofa, cardo mariano), para reducir la oxidación e inflamación (cúrcuma, sauce, grosellero negro) y para recuperar las vías respiratorias (tomillo, eucalipto, drosera, malva). Lo ideal sería combinar una de cada grupo para atacar por todos los frentes.
Anímate y busca tu opción. Consulta a tu farmacéutico, siempre cercano y accesible. Seguro que lo consigues. Hace falta mucho empeño y fuerza de voluntad, pero si has decidido dar el paso te sentirás mejor y lograrás tu objetivo. En cuanto percibas cómo mejora tu salud en poco tiempo, te darás cuenta de que ha merecido la pena.

DEFIÉNDETE NATURALMENTE

Nuestro cuerpo está preparado para adaptarse y tiene mecanismos para defenderse de virus, alérgenos, bacterias, etc., principales agentes externos que atacan a nuestro organismo y alteran su funcionamiento. Así, estos elementos nocivos, se convierten en objetivos a destruir antes de que nos causen problemas de salud que pueden ser graves si no se atajan. El sistema inmunitario realiza esa función primordial (se encarga de protegernos de esos ataques externos) y debemos cuidarlo.
Cuida tu intestino porque en él reside parte de nuestra capacidad de respuesta ante agentes nocivos. Resulta útil consumir yogures, alimentos probióticos, frutas, verduras, agua y fibra soluble, pero es nocivo, en cambio, basar la dieta en los alimentos refinados, harinas blancas, azúcares, etc. porque destruyen nuestra flora. Además, el consumo de ciertos medicamentos la altera notablemente, por lo que no deberíamos abusar de antibióticos, analgésicos o antiinflamatorios y proteger nuestro aparato digestivo cuando sea imprescindible su administración.
En el menú diario debes seguir una dieta variada, sin excluir -porque no te gusten- alimentos imprescindibles. También la forma de preparación influye en la asimilación de esos nutrientes: ni muy hecho, ni crudo; mejor poco cocido o a la plancha, evitando usar el microondas y recalentar los alimentos. A nivel inmunitario interesa consumir:
-Ácidos grasos omega-3 (en nueces, almendras y pescado azul).
-Hierro (en huevos, carnes rojas, espinacas, etc.)
-Zinc (en marisco, pescado, legumbres, carne, etc.)
-Selenio (en pipas de girasol, huevos, etc.)
-Ácido fólico (en verduras de hoja verde, frutas, etc.) Si estás embarazada es indispensable tomar un suplemento (que te recomendará tu médico) para la completa formación del tubo neural de tu bebé.
-Vitamina C (en naranjas, tomates, perejil, etc.)
-Vitamina E (en brécol, espinacas, frutos secos, etc.)
-Vitamina B 6 (en carnes, aguacates, pescados, nueces, etc.)
Si tu dieta es pobre en estos nutrientes por motivos laborales o personales, vives con estrés, fumas, bebes… en definitiva, te cuidas mal, quizás necesites un suplemento vitamínico pautado por el especialista. Hay muchos en el mercado pero no cualquiera es el apropiado para ti. No lo compres por la publicidad de la marca o porque le va bien a otra persona; precisas el indicado para tu estado concreto. Lo peor que puedes hacer es automedicarte.
La fitoterapia recomienda extractos de equinácea para reforzar el sistema inmunitario. También se emplean el polen y la jalea real, que consiguen buenos resultados en cualquiera de sus presentaciones. El alga espirulina, rica en proteínas, es un complemento alimentario de interés en dietas bajas en ellas. A pesar de la bondad de estos compuestos “naturales” recomiendo su consumo bajo control del especialista, para evitar efectos secundarios indeseables. Además, y en ningún caso, pueden sustituir al tratamiento pautado por el médico.
Quienes sufren estrés crónico tienen elevadas las hormonas que lo inducen y junto a síntomas reconocibles (insomnio, lumbago, dolor de cabeza, alteraciones intestinales, falta de respiración, irritabilidad, etc.) tienen afectado su sistema inmunitario, por lo que padecen con más frecuencia catarros, gripes, faringitis, otitis, etc. Además de resolver estos problemas con la medicación prescrita por el especialista, deben consultar su estado anímico y tratarlo adecuadamente. No siempre es imprescindible medicarse para superar la ansiedad, pues en ocasiones es suficiente con plantearse pequeños cambios de vida, pasear tranquilamente, evitar la competitividad, relajarse leyendo un libro o escuchando música, etc. En todo caso, cualquier decisión en este sentido debe ser consultada con el especialista y seguir todas sus recomendaciones.