Cada vez con mayor frecuencia buscamos placer y salud rescatando técnicas ya empleadas por nuestros antepasados, aunque mejoradas y ampliadas. El concepto sigue siendo el mismo: el agua cura; lo que ha cambiado es la forma de utilizar su inmenso valor terapéutico, habiendo irrumpido en este campo diferentes procedimientos que aprovechan sus bondades intrínsecas aumentándolas exponencialmente.
No todos los centros de tratamiento son iguales. Los balnearios o estaciones termales están ubicados en los propios manantiales, por lo que sus aguas poseen propiedades físico-químicas específicas debidas a las sales disueltas, resultando indicadas para la prevención y tratamiento de ciertas patologías. Los centros de talasoterapia se localizan en zonas costeras y aprovechan las ventajas del aire y agua del mar, así como las arenas, algas, lodos, etc., siendo interesante su aplicación para diversas dolencias (aparato locomotor, circulatorio, respiratorio, etc.). Los centros de salud y belleza o spa (salute per aqua) podemos encontrarlos en cualquier lugar, ya sea en las propias ciudades u ofertados como un servicio más en ciertos hoteles de gama media-alta donde se llevan a cabo diferentes tipos de tratamientos para mejorar el estado físico y mental, de belleza, etc. sin utilizar agua de manantial o marina, sino agua potable a la que se pueden añadir sales o aceites para potenciar los efectos relajantes o estéticos de los tratamientos.
Presentan una amplia carta de tratamientos entre los que podemos destacar:
- Aguas mineromedicinales: son
aguas minerales con una composición y propiedades que las hacen aptas para
tratamientos terapéuticos.
- Algoterapia: se refiere a la
aplicación de algas específicas en el cuerpo para aprovechar sus propiedades
depurativas y favorecer la eliminación de toxinas.
- Balneoterapia: conjunto de
tratamientos con finalidad terapéutica que se pueden realizar en un balneario.
Incluyen varios procedimientos específicos que deben ser pautados por los
especialistas que allí trabajan, siendo recomendable una visita previa al
médico antes de iniciar el tratamiento.
- Cascada relajante: zona en la
que se recibe el agua con una fuerza determinada y que resulta muy relajante
para la zona cervical, dorsal y los hombros.
- Cuello de cisne: son chorros de
agua a presión que se ubican en el borde de la piscina termal y sirven para dar
masaje en la zona del cuello, hombro, cervicales y espalda. Cuidado con la
fuerza que tienen porque pueden resultarte dolorosos.
- Envolvimientos: es lo que sugiere
la propia palabra; se envuelve al paciente en determinados compuestos con
capacidad terapéutica, siendo importante preparar la piel para favorecer la
absorción de los principios activos, lo que suele incluirse en el tratamiento.
Los más importantes son los de algas (depuran, tonifican, remineralizan y
regeneran), lodos y fangos marinos, aunque también se usa chocolate, té verde,
jengibre…. Algunos mejoran la circulación sanguínea y pueden ser
antiinflamatorios, por lo que son eficaces para artrosis y problemas
musculares.
- Fangoterapia: aplicación de
lodos y fangos naturales esterilizados y combinados para aumentar sus
propiedades.
- Hidromasaje: masaje en el agua
que actúa como descontracturante, analgésico, relajante, etc. No renuncies a un
baño de hidromasaje (con aire y agua a presión que moviliza el agua produciendo
una fantástica relajación mental y muscular, así como una buena vasodilatación
periférica). Estimula la circulación arterial, relaja los músculos y abre los
poros favoreciendo la eliminación de toxinas y la relajación completa.
- Hidropínica: se refiere a beber
agua según los parámetros determinados por el médico. Es una cura tradicional
que se ha utilizado habitualmente para tratar problemas de riñón, de
hipertensión, jaquecas, etc. El agua se bebe siguiendo unas pautas que deben
ser estrictas: en ayunas, tras la comida, un vaso, dos vasos, reposar tras
beberla, pasear, etc.
- Inhalaciones: se utilizan para
introducir en las vías respiratorias vahos o líquidos para tratar problemas como
la sinusitis. Es frecuente el uso de aerosoles, partículas muy pequeñas de agua
minero-medicinal que llegan a las vías respiratorias fluidificando las mucosas
y mejorando la capacidad pulmonar.
- Masaje: existen diferentes
opciones pero su finalidad es la misma. Por medio de la movilización manual
suave de los músculos del paciente se consigue que se relaje, favorece la
circulación y reduce la sensación dolorosa.
- Sauna: aplicación de calor seco
para eliminar toxinas. Existen diferentes modalidades en función de sus
propiedades: finlandesa (calor seco en un recinto a alta temperatura alternando
con hidroterapia fría), etc.
- Talasoterapia: circuitos de
hidroterapia en medio marino. Se utilizan elementos del mar (agua, algas,
fangos, etc.) que se tratan antes de ser utilizadas porque se recogen
directamente en el mar. Se usa radiación ultravioleta para esterilizar y se
calienta hasta 36º C.
- Termal (piscina): piscina de
rehabilitación con barras, barandillas, asientos, escalones, etc. con agua a
buena temperatura y que constituyen un circuito que el paciente debe realizar,
pues ¡hace ejercicio sin sentirlo!
Consulta a tu médico antes de
acudir, porque suelen recomendarlo a pacientes con patologías variadas
(respiratorias, circulatorias, que cursan con dolor, etc.) y su opinión es muy
importante para decidir si te conviene o no ir. Una vez allí, habla con los
especialistas que trabajan en el centro para decidir lo que es más apropiado
para tu estado de salud.
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